Las noches en blanco y satén en los días de azul cielo, lluvia de paraguas en el huerto
Intentar coser gotas de agua y terminar regando con vino un campo entero de amapolas grises.
Tantos círculos dulces y filipinos que cuando llegaron las ondas concéntricas a abrazarte ya estabas de rebajas.
Tengo presente las rayas coloreadas de tus calcetines dobles, cómo no darme cuenta que había otros debajo
Me saben a chocolate con palabras los días del principio, los del medio a media voz y a palabras escritas, mientras un silencio de teléfono roto, va desmontando el andamio en el que te has subido y ha dejado de llover 27 veces ya, antes de volver a verte en besos.
Me has contado el cuento de los que gritan y los animales del bosque han acallado las voces también de los que susurraban bajito:
Estoy en Paz
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